D. Indalecio Humanes Guillén– Director Espiritual

Foto: ArteSacro
SIEMPRE ADELANTE
Como Párroco quiero, mediante estas palabras, agradecer y saludar a todos y, de un modo especial, a los hermanos y hermanas de nuestra Hermandad de Jesús de Nazaret y María Santísima del Amor.
Seguimos caminando juntos, como Comunidad y Hermandad, en medio de esta historia que vamos forjando mientras el Señor «transforma el corazón de cada uno de nosotros» y «mientras esperamos su venida gloriosa». Hay mucho por hacer y mucho testimonio que dar, porque en este tiempo que vivimos, nos encontramos con muchas personas que han olvidado su fe, otros que no la han conocido y otros que la rechazan o son indiferentes ante lo religioso.
Vivimos unos tiempos que no son propicios ni favorables, desde el punto de vista humano, para la Iglesia. Sin embargo, nuestra Diócesis y su Plan Pastoral nos invitan a continuar «siempre adelante». De hecho, lo que a simple vista no es un tiempo propicio, puede ser una hermosa oportunidad para nuestra purificación y nuestra «poda», que nos harán más fuertes y más auténticos en el seguimiento de Cristo en esta sociedad cada vez más seculariza.
Por ello, hoy más que nunca, el lema «Parroquia, Hermandad y barrio» nos recuerda nuestra misión de evangelizar, de comprometernos para que la Buena Noticia del Evangelio llegue a cada a rincón de nuestro barrio. Como cristianos y cofrades, somos enviados a poner «corazón» donde haya «deshumanización», a poner «alegría» donde haya «tristeza», a poner «paz» donde haya «división», a poner «nosotros» donde se impone el «individualismo del «yo», a poner «amor donde no hay amor y seréis amor» (S. Juan de la Cruz).
En este tiempo de Cuaresma tenéis muchas actividades, unas actividades que son necesarias para los Cultos y la Salida Penitencial de nuestros Titulares, pero no olvidéis algo fundamental en la vida de todo cofrade: la oración diaria a nuestras Imágenes y la Misa Dominical durante todo el año. Esto no es negociable. Sin esto un cristiano tiene poco, o nada, que decir en medio de nuestra sociedad, ni siquiera a sí mismo, No os privéis de lo esencial. Sin esto nuestro testimonio queda vacío. Con estos pilares, podemos ser mejores o peores, pero tenemos una fuerza que no es nuestra sino de Jesús de Nazaret y de Nuestra Madre María Santísima del Amor.
Hermanos os invito a todos a que sigamos haciendo Parroquia y Hermandad, a que sigamos construyendo un mundo que merece la pena porque es de Dios, aunque algunos no quieran saberlo.
Indalecio Humanes, Director Espiritual